viernes, 21 de octubre de 2011

¿EL FIN DEL FIN?



El fin del fin.
Esa sería la frase que me gustaría escuchar. Difícil,complicado, incrédulo, escéptico ...son los adjetivos que provocan mi duda personal y la de miles de personas.
ETA , por suerte,desde el punto de vista organizativo no se encuentra como en su “época dorada” ya , pero siguen sin usar las palabras claves basadas en el perdón de lo imperdonable. Es verdad que está mucho más debilitada y casi sin escapatoria pero no entregan las armas con las que jugaban a estallar nucas.
Espero que el paso dado en estos días no sean solo estrategias políticas y pantomima barata. El camino que empieza, pienso, que es el bueno pero no el definitivo. Aún quedan por plasmar muchas realidades vitales para que llegue realmente una paz verdadera. Y la paz verdadera es esa, la más complicada para ellos y la más necesaria y esperanzadora para nosotros: PERDÓN, DISOLUCIÓN ENTREGA Y JUSTICIA.
El bipartidismo que nos toca vivir está en la misma línea, con las discrepancias típicas de los más extremos-. Parece, según diversos medios de comunicación, que PP Y y PSOE llevan haciendo los deberes del proceso actual y futuro desde hace más tiempo del que pensamos. Esos deberes no saldrán a la luz tan fácilmente porque forman parte del secretismo sectario y lógico de este entramado. Veremos si ETA no se ha reído de nuevo de los dos partidos y de nosotros mismos o si realmente los acuerdos tomados han sido los acertados.
Sinceramente, me cuesta creer, sobre todo si uno es Euskadi y vive allí que todo esto se va a acabar en un sorbo. Vivir en el País Vasco puede ser un cocido de tensiones y discrepancias. ¿ A cuántos les gustaría sacar su lado más animal o dejar libres las cuerdas vocales para derramar palabras llenas de un sentimiento contenido? Si nos cuesta contenernos a los del resto del país mucho más a los de allí.
Hemos estado más 50 años bañándonos en el terror, unos con más riegos que otros pero nadie exento. Los familiares de tantísimos fallecidos tendrán un duda eterna sobre la fiabilidad de los acontecimientos y su dolor permanecerá perpetuo aunque podría ser aliviado-nunca curado- si el proceso siguiera por el camino correcto.
Me cuesta creer que esto durará, me cuesta creer que en PP y PSOE no rompan su “alianza contra el terrorismo” y que tampoco la usen como propaganda electoral. Me cuesta creer que los cachorros de ETA hayan sido convencidos, me cuesta creer que los empresarios vascos y los de buena fe-muchísimos- no tengan miedo al tiro en la nuca o a los impuestos revolucionarios. Me cuesta creer que la Policía Nacional, la Guardia Civil o cualquier persona no vaya a tener miedo cuando se monte en un coche. Me cuesta creer que muchos terroristas no se aprovecharán de las próximas elecciones para limpiar su imagen y volver en poco tiempo a las armas. Me cuesta creer en tantas cosas...
Lo mejor es que este derroche de ligero pesimismo que tengo es lo menos importante que está ocurriendo ahora porque ellos mismos no son los que solucionarán los problemas.
Espero y deseo equicocarme y contagiarme poco a poco del optimismo real de un nuevo País Vasco porque será el beneficio de todos, es decir, el fin del fin.

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