miércoles, 24 de febrero de 2010

The New York Times sobre el Carnaval

Un artículo con verdades como templos y a su vez con falta de información en muchos aspectos. Podemos decir que se se luce lo negativo"como en ocasiones en el programa callejeros de cuatro". Se relata una realidad social innegable. Cádiz y su provincia es un de los feudos donde más economía sumergida existe. Sumergida y muy profunda, pobres de espiritu con la barriga llena de coches de lujo, casas perfectamente decoradas, televisores de plasma de última generación acondicionadas con unas buenas zapatillas de muelles y anillos de oro. Aquí, muchos viven como quieren; que si la ayudita, que si la paguita, que si mi niño no tiene Reyes....y después dejan pasar los días en el bache particular, tinto en mano , o con su cañita de pescar usando como cebo su papel de liar diario.Y es que el que no corre vuela y en ocasiones la vida es injusto con los que somos legales. En Cádiz se canta, se canta por no llorar o por no sufrir y se canta para expulsar los males, se canta para criticar o ser criticado, se canta porque se siente y hasta se canta porque no se tiene nada que hacer. En Cádiz y en otros lugares hay dos tipos de economía sumergida, del que no quiere salir y del que quiere continuar sumergido, y ahí es donde está la diferencia. No son muchos, pero se dejan notar.
Amigo cronista, usted comenta verdades, pero desconoce otras tantas, sobre todo, en lo relativo al Carnaval, lo cortes no quita lo valiente, pero se ha quedado "corte" en algunas fundamentaciones. Quizá, con un poco de conocimiento de nuestra tierra y un buen tiempo en ella, podríamos verlo en el futuro por el Campo del Sur con su aparejo, su canuto y litrona en mano,cantando algo como: "menos trabajo y más carnaval.....". Nunca se sabe.